Resumen
Poco tiempo después de la declaración oficial de independencia en 1821, México se constituyó como monarquía constitucional. Ésta no llegó a ser más que una experiencia fugaz, debido a la falta de un acuerdo social sobre el sistema político a adoptar. La propia instauración del Primer Imperio ofrece pistas significativas sobre los diferentes conceptos y tradiciones políticos vigentes y los conflictos al respecto. Por medio de una investigación sobre la simbología de la ceremonia de la coronación de Agustin I, en el presente artículo se intenta mostrar que dicha ceremonia de investidura representó un acto caracterizado por ambivalencia en lo que a su contenido político respecta. Lo anterior apunta a que el Primer Imperio fue un fracaso desde su instauración, la cual permite apreciar la pugna inconclusa entre el absolutismo y la república y antiguos versus nuevos conceptos de la sociedad.
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Resumen969
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