Resumen
En el año 1736, el rey de España declaró que el pago de una deuda de casi 135 000 pesos de plata, el llamado legado de Spinola, que la corona debía a la Congregación de Propaganda Fide en Roma, sería la responsabilidad del gobierno de Nueva España. Propaganda alegaba que el destino del dinero era la Misión del Tibet, una misión asignada a la orden capuchina. El rey también dio permiso para que algunos capuchinos buscaran limosnas para esta Misión en México. Durante los próximos 50 años, los capuchinos, sobre todo el ambicioso fraile Fermín de Olite, negoció los pagos anuales del legado de Spinola y la recolecta de limosnas para la Misión en México. Tuvieron que pelear con la resistencia del gobierno a soltar el dinero, pero finalmente lograron cobrar toda la deuda y una cantidad amplia de limosnas.
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